A veces sin ser necesario vamos con prisa y casi corriendo, manteniendo y alimentando así el estado de estrés. Si te das cuenta de que vas casi corriendo pero que no es necesario puedes hacer lo siguiente mientras sigues caminando:
* Inspira profunda pero lentamente por la nariz.
* Espira por la boca con un suspiro suave.
A medida que haces esta respiración vete reduciendo la velocidad y la prisa hasta que camines de una forma más relajada.